A mi hijo le encantan los rollos de canela. Es una de las recetas cuyos ingredientes deben ser exactos para hacer la masa adecuadamente, y sorprendentemente al buscarla en el blog no estaba, aunque yo estaba prácticamente segura de que sí. Llevo haciendo esta receta desde hace 7 años mínimo, por lo que incluyo fotografías de hace años. Es un dulce originario de Suecia, donde se conoce con el nombre kanelbulle ( pan de canela), y es ese origen nórdico lo que lo hace aún más atractivo para mi pequeño ayudante. Es una masa que requiere doble fermentación y aunque es mejor hacerla con amasadora, se puede hacer a mano también.
INGREDIENTES: ( unos 12 rollos)
Para la masa:
350 gramos de harina
4 gramos levadura seca de panadería ( o su equivalente prensada que requiere refrigeración)
35 gramos de mantequilla
35 gramos de azúcar blanca
120 ml de leche
2 huevos M a temperatura ambiente
Para el relleno:
40 gramos mantequilla
140 gramos panela ó azúcar moreno
5 cucharadas de canela
20 gramos de harina
Para pintarlos: un poco de leche
Para el glaseado:
3 cucharadas de nata líquida
80 gr azúcar glas tamizado
ELABORACIÓN:
En un bol se pone la harina con la levadura y se mezcla. Se calienta la leche, sin que llegue a hervir, se le añade el azúcar y la mantequilla para que funda, se mezcla, se incorpora a la harina con la levadura y se empieza a amasar. A continuación se añaden los huevos ligeramente batidos y se sigue amasando hasta tener una masa homogénea. Se forma una bola con la masa y se coloca en un bol engrasado con mantequilla. Se cubre el bol con un paño de cocina o film transparente y se deja reposar a temperatura ambiente hasta que duplique su volumen, unas dos horas.
Pasado ese tiempo se prepara el relleno. En un bol se pone la mantequilla blandita, prácticamente fundida ( yo la meto un poquito en el microondas, unos segundos) con el azúcar moreno, la harina y la canela y se mezcla bien. Quedará una mezcla grumosa.
Sobre la encimera se pone un papel de hornear, del tamaño de una placa de horno y se pone encima la masa ya fermentada. Se aplasta con las manos poco a poco y con un rodillo se va estirando hasta formar un rectángulo ( también se puede trabajar directamente en la encimera bien limpia y con harina para que no se pegue).
Sobre la masa se pone la mezcla de relleno, con las manos, que quede cubierto todo el rectángulo de masa. A continuación se va enrollando sobre sí misma, normalmente yo la enrollo a lo largo de forma que consigo un rollo más largo y por tanto se podrán cortar más rollitos.
Una vez enrollada se van cortando trozos de unos dos dedos de ancho y se van colocando sobre una placa de horno previamente cubierta con papel de hornear ( de forma que se vea el relleno hacia arriba). Hay que colocarlos separados porque tienen que volver a fermentar y además al hornear crecerán. Se dejan reposar dentro del horno apagado una hora y media. Otra opción de presentación es en una fuente redonda engrasada colocarlos separaditos de forma que al crecer ocupen toda la fuente. Yo esta opción la usé una vez, ( hay una foto al final, más abajo) pero decidí hacer los rollitos directamente sueltos en una placa de horno porque al final si se hacen en una fuente hay que volver a cortarlos, y a mis hijos les parecían más pequeños!
Transcurrido ese tiempo se sacan del horno, se pintan con leche y se precalienta el horno a 180 grados.
Se hornearán unos 20-25 minutos.
Se dejan templar una vez sacados del horno. Se prepara el glaseado mezclando la nata con el azúcar glas y con una cuchara se va echando chorritos de glaseado por encima. Finalmente solo habrá que dejar secar el glaseado y estarán listos para comer!
Os dejo una fotografía de la otra posible elaboración. Habría que ir colocando los rollos separados en una fuente redonda. Al crecer los rollos en el segundo fermentado se formará una única masa que tras hornear y glasear se podrá comer cortando.
esta es la opción de colocarlos en una fuente redonda |
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