Estos días es prácticamente imposible encontrar harina y levadura en los supermercados. Yo tenía algo de reserva, pero poco a poco se me va acabando también. Esperemos que pronto dispongamos ya de estos ingredientes en las tiendas de alimentación. Esta receta de bizcocho la hice un día con mi hijo, con Javier. A los dos nos encantan los dulces de coco. Los comería sin parar. Él me ayudó en la elaboración y tomó nota de los ingredientes, ya que muchas veces voy echando los ingredientes y después no lo recuerdo, y si quiero subir la receta al blog es imposible sin recordar las cantidades exactas. Es un bizcocho muy rico, me ha encantado como me ha quedado esta vez. En cuanto podáis os recomiendo que lo probéis. Yo lo hice en un molde demasiado ancho y quedó bajo, si lo queréis más alto usad uno de unos 20 centímetros de ancho.
INGREDIENTES:
3 huevos
200 gramos de azúcar blanco
150 mililitros de aceite de girasol
200 mililitros de leche ( con o sin lactosa) ó leche kefirada
30 gramos de cacao en polvo sin azúcar añadido
185 gramos de harina
12 gramos de levadura ( tipo Royal)
50 gramos de coco rallado
ELABORACIÓN:
Precalentamos el horno a 180 grados. Yo he seguido el mismo procedimiento que hago con todos los bizcochos. Los huevos se ponen un bol y se baten con las varillas, bastante tiempo, que blanqueen y suban, se incorpora el azúcar y seguimos batiendo a velocidad alta. Bajamos la velocidad y añadimos la leche y el aceite. Batimos e incorporamos el coco rallado. Tamizamos la harina con la levadura y se incorpora. Batimos suavemente con las varillas hasta que quede todo mezclado y una masa homogénea. Engrasamos el molde ( recomiendo de unos 20 centímetros), forrar el fondo con papel de hornear (si es un molde de los que se abren basta con hacer un círculo de papel de hornear para la base del molde). Verter la mezcla y hornear unos 30 minutos. Pinchar con un palillo de madera para comprobar que está hecho. Enfriar y desmoldar.
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